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  • Foto del escritorOlga San Martino

Bienestar emocional

Actualizado: 19 jun 2019



Bienvenidas y bienvenidos al nuevo curso del Centre Mèdic San Martino.


¡Hola nueva temporada, en la que queremos conseguir mejorar, potenciar, favorecer el Bienestar Emocional de todos/as!


Este es nuestro reto, conseguir estar mejor y tener una buena salud emocional.



¿Qué es el bienestar emocional?


El bienestar emocional es un “estado de ánimo en el cual la persona se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a la comunidad” (Organización Mundial de la Salud).


El bienestar emocional significa por un lado: 1. la ausencia de alguna patología mental, como la depresión, un trastorno de ansiedad, un trastorno de personalidad, una neurosis o una psicosis; y por otro: 2. Sentirse bien con uno mismo y con los demás.

El bienestar emocional está relacionado con la autoestima, con la confianza en uno mismo, con la capacidad para afrontar situaciones estresantes y buscar soluciones, con la capacidad para recuperarse de la adversidad.



ASPECTOS A TENER EN CUENTA PARA MEJORAR NUESTRA SALUD EMOCIONAL.

  1. Para tener una buena salud emocional debemos mantener un equilibrio entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos.

  2. Las emociones juegan un papel muy importante en nuestro bienestar emocional.


. Saber manejar las emociones.

Debemos reconocer lo que sentimos y comprender por qué lo sentimos. Descifrar las causas de nuestra tristeza, nuestra ira, nuestro enfado, la sensación de agobio…es imprescindible. Hemos de aprender a no dejarnos arrebatar por las emociones, es decir no perder el control sobre los sentimientos, pensamientos y comportamientos.

Por ejemplo: cuando las emociones negativas (ira, rabia, etc.) son muy intensas y nos abruman, pueden provocar fuertes sentimientos de odio, tristeza, ansiedad, que a su vez afectan a nuestros pensamientos y nuestros comportamientos. Es decir, que estas emociones tan intensas, pueden terminar tiñendo nuestra visión del mundo.


. Las emociones afectan a nuestra salud física

Cuando estamos sometidos a una situación muy estresante, por ejemplo la muerte de un ser querido, nuestro sistema inmunológico también se ve afectado, por lo que es más fácil que seamos más propensos a padecer gripes, catarros, enfermedades infecciosas, etc.


. Las emociones están íntimamente relacionadas con nuestro estilo de vida

Cuando estamos inmersos en una situación en la que nos sentimos muy estresados (un divorcio, un despido, etc.) es muy frecuente que incurramos en hábitos no saludables. Por ejemplo, el nerviosismo nos puede llevar a fumar más cigarrillos, darnos atracones de comida o consumir más bebidas alcohólicas para calmar la ansiedad, dejar de hacer ejercicio físico con regularidad porque no tenemos ganas, tomar más tazas de café de lo que es aconsejable, etc. Estos malos hábitos, junto con otros factores que acompañan al estrés como el insomnio y una alimentación desequilibrada, terminan también por hacer mella en nuestra salud física.



El valor tan importante de la resiliencia


La salud emocional tiene que ver con la capacidad de la persona para sobreponerse a las adversidades desestabilizadoras de la vida y para resistir las presiones cotidianas. Según han constatado diversos estudios psicológicos, no son tanto los acontecimientos negativos en sí mismos los que nos producen trastornos psicológicos como nuestra manera de asumir y afrontar los problemas. No es lo que nos pasa, sino lo que hacemos con lo que nos pasa lo que marca la diferencia. Así, personas que han sufrido acontecimientos estresantes similares reaccionan de manera muy distinta. Mientras unas personas se sienten dominadas por las emociones negativas, otras logran controlarlas e, incluso en las situaciones adversas, consiguen salir reforzadas, con más confianza en sí mismas.



Saber relativizar los problemas


Nunca merece la pena sufrir por los pequeños contratiempos de la vida cotidiana como pueden ser los atascos de tráfico. Asimismo tampoco merece la pena discutir por los temas que suelen generar enfrentamientos: política, fútbol…

Pero, incluso, los problemas de verdad tampoco hay que sobredimensionarlos. Hay que darles el valor que tienen, pero salvo contadas excepciones no deberían anular nuestra vida. Por ejemplo, uno no debería obsesionarse con los problemas laborales. Nuestra vida no es solo el trabajo. Aunque existan problemas en algún ámbito de nuestra vida, también tenemos que aprender a enfocarnos en las cosas positivas que tenemos. Siempre veremos la botella medio vacía si nos dejamos tomar por los sentimientos negativos, pero seremos más felices si nos acostumbramos a verla medio llena.



Enfocarnos en las soluciones


Los problemas forman parte de la vida, de cualquier persona; pero también la búsqueda de soluciones. Superar las dificultades está estrechamente vinculado con nuestro desarrollo y crecimiento como personas. Para resolver los problemas lo mejor es adoptar una actitud proactiva, lo que significa tomar la iniciativa y actuar de manera creativa confiando en nosotros mismos. En este sentido, el optimismo, la autoestima y la capacidad de encontrar soluciones imaginativas a los problemas, suma a favor.



Mantener una vida equilibrada


Para tener una buena salud emocional es importante alimentarse de manera saludable, mantener hábitos de descanso adecuados y realizar ejercicio de forma regular.



La relajación, una buena herramienta.


Una buena salud emocional va estrechamente ligada a la capacidad para afrontar la vida con tranquilidad. Es necesario aprender a relajarse. En esto nos pueden ayudar la práctica de disciplinas como el yoga, la meditación, la natación,… Al apoyarnos en alguna de estas actividades, nos será más fácil, calmar la mente y manejar nuestras emociones.

Preparados, listos, ya….a por ello. Vamos a mejorar vamos a estar mejor.

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