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  • Foto del escritorOlga San Martino

¿Qué sabes del trastorno de la personalidad?



Los trastornos de la personalidad son una serie de desórdenes mentales que se caracterizan por la aparición de conductas, pensamientos y emociones poco adaptativas. Se trata de un trastorno de la salud mental, que puede afectar entre un 10% y un 15 % la población general.


Esta tasa aumenta de forma espectacular entre las personas que padecen un trastorno psiquiátrico, llegando a cifras que oscilan entre el 30% y el 50%, aunque otros estudios hablan del 25%.


El principal criterio para diagnosticar la presencia de un trastorno de este tipo es la aparición de elementos de la personalidad muy diferentes a los habituales, y que causen un malestar importante a la persona.


Otra de las características más importantes de los trastornos de personalidad es que se puede observar su influencia en muchas situaciones distintas y a lo largo del tiempo.

A largo plazo, los problemas causados por estas patologías pueden llevar a quien lo padece, a sufrir depresión, ansiedad y otros trastornos más graves.


Los trastornos de la personalidad son diagnosticados según las diferencias de comportamiento con lo que es considerado normal por una sociedad; por esta razón algunos expertos cuestionan su validez.


Sin embargo, el estudio de este tipo de trastorno de la salud mental sirve para aumentar la calidad de vida de las personas que lo padecen.


¿Qué es un trastorno de la personalidad?

Para entender cómo funciona este tipo de trastorno psicológico, primero es necesario comprender qué se entiende por personalidad.


La personalidad es la manera de pensar, sentir y comportarse que diferencia a un individuo de los demás. La personalidad es un conjunto de características o patrones, que definen a una persona; sentimientos, pensamientos, actitudes y conducta de cada individuo, que nos hacen ser diferentes de los demás.


En general no hay un tipo correcto o incorrecto de personalidad, sino que cada persona construye la suya propia en función de su genética, sus experiencias, su educación y su entorno.


Sin embargo, algunos tipos de personalidad producen resultados que causan sufrimiento o problemas de funcionamiento en la sociedad de manera continuada en el tiempo.


Estas maneras poco adaptativas de pensar, sentir y comportarse son la base de los trastornos de personalidad.


Cada persona al nacer, tiene en cierto modo su personalidad condicionada por la biología, pero esta personalidad se va ir modificando a lo largo del tiempo, en función de las relaciones del sujeto con el ambiente. La personalidad cambia y se estructura con el paso del tiempo, ya sea por la figura de influencias parentales o sociales, que pueden actuar de forma consciente o inconsciente.


Los trastornos de personalidad, afectan a:

  • La manera en la que la persona piensa sobre sí misma y sobre los demás.

  • Las emociones que siente.

  • La manera de relacionarse con el resto de la gente.

  • El autocontrol.


Diagnóstico y diferencias con la personalidad sana

La psiquiátrica y el resto de profesionales en salud mental, establece que una persona debe cumplir varios criterios para que se le diagnostique un trastorno de personalidad.

Los criterios más importantes son una forma de sentirse y de comportarse muy distintas a las esperables dentro de su propia cultura.


Además, estas diferencias deben ser inflexibles y mantenerse tanto a lo largo del tiempo como en distintas situaciones.


Por otro lado, para que se considere que la persona sufre un trastorno mental, estos patrones emocionales y de comportamiento deben causarle un malestar importante o impedirle llevar una vida normal.


Una personalidad normal se caracteriza por ser flexible y adaptativa, de tal forma que la persona que la tiene puede funcionar de forma efectiva en todas las áreas y mantener relaciones cercanas con los demás.


Esta forma de ser y comportarse hace que la persona sana se sienta bien consigo misma, y sea capaz de ponerse metas y cumplirlas.


Por el contrario, las personas con un trastorno de personalidad suelen mostrar el mismo patrón de comportamiento en todas las situaciones, y son incapaces de cambiar incluso cuando su forma de ser les provoca graves problemas.


Por lo tanto, estas personas son incapaces de adaptarse a los cambios. Esta rigidez hace que la persona sufra mucho, especialmente en sus relaciones con los demás.


Sin embargo, las personas con un trastorno de personalidad no suelen darse cuenta de que están enfermas, y echan la culpa a su entorno o a otras personas en vez de buscar una solución a su problema.


Tipos de Trastornos de Personalidad

La psiquiatría moderna clasifica y agrupa los trastornos de personalidad, en tres grupos o Clústeres. Cada Clúster tiene unas características que definen los trastornos que engloban.

Así tenemos que:


- En el Grupo o Clúster A, los rasgos que destacan son: extrañeza, excentricidad, introversión y ausencia relaciones próximas.


Incluyen el trastorno paranoide de la personalidad, trastorno esquizoide de la personalidad y trastorno esquizotípico de la personalidad.


- En el Grupo o Clúster B, destacan las siguientes particularidades: impulsividad, inconstancia, necesidad de ser el centro de atención, elevada emocionalidad y extraversión social. Son personas emocionalmente inestables y a impredecibles.


Incluyen el trastorno de personalidad antisocial, trastorno límite de la personalidad, el trastorno histriónico de la personalidad y trastorno narcisista de la personalidad.


- En el Grupo o Clúster C, los trastornos de la personalidad, se caracterizan por pensamientos o comportamientos de ansiedad o temor.


Incluyen el trastorno de la personalidad por evitación, el trastorno de la personalidad dependiente y el trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva.


Tratamiento

El mejor tratamiento, es el que se adapta de forma individual, a cada paciente, según el tipo de trastorno de la personalidad, la gravedad del mismo y el grado de afectación de la vida de la persona que lo padece. Frecuentemente, es necesario el enfoque de un equipo para asegurarse de que todas las necesidades psiquiátricas, médicas y sociales sean satisfechas. Debido a que los trastornos de la personalidad permanecen por largo tiempo, el tratamiento puede requerir meses o años.

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