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Foto del escritorOlga San Martino

El trastorno bipolar

Actualizado: 14 ene 2019



El trastorno bipolar es una enfermedad mental que puede ser muy grave y que condiciona la vida de quien la padece. También se llama enfermedad maníaco-depresiva. Los la sufren experimentan cambios de ánimo inusuales. A veces se sienten muy felices y “animados” y mucho más activos que de costumbre. Esto se llama manía.

Y a veces se sienten muy tristes y “deprimidos” y son mucho menos activos. Esto se llama depresión.

El trastorno bipolar también puede provocar cambios en la energía y el comportamiento.


Tener un trastorno bipolar no es lo mismo que padecer altibajos del estado de ánimo que experimentan todas las personas. Los síntomas bipolares son más potentes. Pueden dañar las relaciones entre personas y hacer que sea más difícil ir a la escuela o conservar un empleo. Algunas personas que sufren del trastorno bipolar intentan hacerse daño o suicidarse.


Cualquier persona puede desarrollar el trastorno bipolar. A menudo comienza en las últimas etapas de la adolescencia o al principio de la adultez. Pero también niños y adultos pueden sufrir del trastorno bipolar. Además, la enfermedad, puede durar toda la vida.


SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD

Los cambios de estado de ánimo, que se dan en el trastorno bipolar, se llaman “episodios anímicos”. Las personas pueden tener episodios maníacos, depresivos, o “mixtos”. Un episodio mixto incluye síntomas tanto maníacos como depresivos.


Estos episodios anímicos provocan síntomas que duran una semana o dos, aunque a veces más.

Durante un episodio, los síntomas se presentan todos los días durante la mayor parte del día. Los episodios anímicos son intensos. Las emociones son fuertes y ocurren junto con cambios extremos en los niveles de comportamiento y energía.

En un episodio maníaco el paciente puede:

  • Sentirse muy “alegre” o “animado”

  • Sentirse muy “nervioso” o “alterado/ansioso”

  • Hablar muy rápido de muchas cosas distintas

  • Estar inquieto, irritado, o “sensible”

  • Tener problemas para relajarse o dormir

  • Creerse capaz de hacer muchas cosas a la vez y estar más activo de lo común

  • Hacer cosas arriesgadas, como gastar mucho dinero o tener sexo sin cuidado alguno

En un episodio depresivo el paciente puede:

  • Sentirse muy triste

  • Sentirse preocupado y vacío

  • Tener problemas para concentrarse

  • Olvidarse de las cosas

  • Perder el interés en actividades divertidas y volverse menos activo

  • Sentirse cansado o sin energía

  • Tener dificultad para dormir

  • Pensar en la muerte o el suicidio


Para dar una visión global y detallada de esta enfermedad, os dejo una parte de una entrevista que La Vanguardia, le hizo al Dr. Eduard Vieta. Especialista en este trastorno y jefe del servicio de psiquiatría del Hospital Clínic de Barcelona, que me ha parecido muy interesante y muy útil.


El trastorno bipolar es una enfermedad que te lleva a los extremos tanto de la miseria, la depresión y de pensar en el suicidio como de la euforia que te hace ser hiperactivo y a hacer cosas que una persona más cuerda no intentaría”.


Y, en cierto modo, esto puede ser positivo.

Muchas figuras con trastorno bipolar, como artistas, poetas, escritores, músicos y pintores, han conseguido grandes cosas, porque el trastorno bipolar, si se une al talento, te lleva a un estilo de vida muy extremo. Y, seguramente, este es el sentido que tiene que genéticamente esta enfermedad haya existido desde que somos humanos, ya que de alguna forma aporta una ventaja evolutiva a la especie. Quizás no para ciertos individuos que padecen una forma discapacitante de la enfermedad, pero tener algunos genes bipolares seguramente es algo bueno.


Explíquese.

De alguna manera, [estos genes] aportan algo de lideraje, riesgo, iniciativa, necesidad de búsqueda de cosas nuevas. Si uno es una persona con cambios de estado de ánimo, pero no exagerados, seguramente la enfermedad te hace más empático y sensible hacia muchas cosas; en cambio, cuando esto se lleva al extremo, conlleva desadaptación social.


¿Cómo se diagnostica la enfermedad?

El especialista realiza al paciente una entrevista psiquiátrica completa y se confirman los criterios que definen la enfermedad. Cuando la persona está mal, en el cerebro se producen una serie de cambios que podemos verificar con pruebas complementarias -a través de la imagen y de estudios genéticos- que solo nos dan un diagnóstico probabilístico. El trastorno bipolar no es como una neumonía que se ve en una radiografía.


Por lo tanto…

Lo más específico que al final podemos ver para diagnosticarla son los cambios del comportamiento asociados a la enfermedad, es decir, lo que te explica el paciente y personas que convivan con él: es muy importante tener información de varias fuentes porque muchos pacientes no son conscientes de lo que les está ocurriendo, no te lo explican todo tal como es.


Un ejemplo de lo que puede sentir una persona con este trastorno.

Desde fuera podemos observar, en la fase depresiva, a una persona que ha cambiado el carácter: se ha vuelto más introvertida, le van peor los estudios, está más ensimismada. Cuando le entrevistas, te explica que la vida no vale la pena y que sus compañeros le han dejado de lado. Podría tratarse de una depresión normal, pero posteriormente acabamos viendo síntomas del polo opuesto: que la persona está más activa y habladora de lo habitual, se despierta pronto o se acuesta tarde chateando hasta las tantas y conociendo gente nueva, una cosa exagerada.


¿Qué causa el trastorno bipolar?

Existe una predisposición genética a sufrir la enfermedad. Muchos de los pacientes tienen antecedentes familiares de la patología, a veces no etiquetados porque antiguamente no se diagnosticaba como ahora (…) Esta predisposición genética se traduce en que estas personas, sobre todo en momentos de cambio importantes como la adolescencia o cuando se tiene un hijo, se desestabilizan por el estrés.


Explíquese.

Hay una serie de sustancias que todos producimos para corregir una situación de estrés que estos pacientes no pueden regular bien. Una de ellas es la dopamina –que la cocaína, y, en menor medida, la cafeína estimula-. Si tu cerebro fabrica más de la cuenta, la persona se muestra nerviosa e inquieta, como acelerada; en cambio, si te falta, estás como si te faltasen pilas, no te hace ilusión nada, te arrastras, incluso hay gente que no puede levantarse de la cama. Estos cambios en esta sustancia es lo que modifica el comportamiento de la gente.


¿En qué consiste el tratamiento?

Además de otros medicamentos, utilizamos una sustancia natural, el litio –que a muchos pacientes les va bien-, aunque depende de cada caso. Y, después, el paciente recibe un apoyo psicológico a través del cual le enseñamos a auto examinarse; a darse cuenta de lo que le está ocurriendo, de cuándo viene una recaída y adoptar un estilo de vida adecuado, y una serie de elementos que llamamos psicoeducación.

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